martes, 13 de diciembre de 2011

El cancerbero también resulto ser yo.


Hoy no quiero hacerle caso a mis pálpitos, porque por 3 vez en la vida siento que todo marcha a mi buen ritmo, bueno al menos lo que yo puedo controlar, que a afortunadamente es la mayoría de cosas. Como escuche hace uno días “las palabras nunca alcanzar, las palabras son a veces un fracaso de la imaginación”. Y adopto esta frase porque no se me facilita hacer uso de ellas con fluidez en la mayoría de las situaciones y cuando las uso más de lo normal llego a este punto catarsico porque siento que se ha quedado mucha de mi energía vital en cada una de ellas. Al siguiente día levantarse de la cama resulta ser difícil a causa de la resaca prosaica. El mix de sentimientos hecha palabras me cobra con hostilidad anímica cada frase.
No soy un individuo conversador natural y la mejor forma que encontré de poder expresarme sin palabras fue la música, en ella cree mi mundo en donde todo es posible tan solo con una chispa de imaginación y de sonidos, es ahí en donde paso la mayoría del tiempo asumiendo el riesgo de llegar a confundir este con la realidad, situación que me trae bastantes malentendidos con los habitantes del exterior, especialmente cuando los habitantes trascienden del mundo de las mascaras al mundo real. No hablo demasiado porque me acostumbre darme respuestas mentales resultando como un juego entre yo y yo, claro! Es nocivo para la salud de los que están al lado pueden sentirse ignorados o menospreciados sin ser cierto, porque yo los puedo percibir de acuerdo a su vibración vital, pero ellos no lo saben e interpretan mi silencio mal-intencionadamente. Solo sé que las personas que resultan siendo muy cercanas son porque las visualice primero en mi mundo y lograron materializarse.  Y así se maneja todo desde aquí, especialmente el amor y la amistad.
Todos tenemos que aprender a veces que se está hecho para vivir en el lugar equivocado y buscamos refugio en otros  lugares mentales. También aprender que si estamos conectados con nosotros mismos podemos conectarnos con los demás.  
En el mundo de las mascaras todo pasa y nada duele y el cancerbero también resulto ser yo.