jueves, 28 de abril de 2011

SPELL


Inexplicables conexiones, sobrestimadas o reales, ahora eso no me importa, solo deseo tenerte tan cerca que respiremos el mismo aire confundidos, que me mires a la distancia de tu nariz con tu ojo de cíclope, que nuestras bocas se encuentren ahogadas en el elixir de la inmortalidad dulce y que huele a vainilla silenciosa. Te recorreré con la nariz, acariciándote lentamente en la búsqueda de donde termina tu cuerpo y comienza el cielo, descifrando el cerrojo de tu armadura que me permita deambular con ligereza en el hechizo que pusiste en mi, entonces, buscaré la mejor forma de ocupar mis manos tal vez hundiéndolas en tu cabello suave y negro, mientras nos besamos con afán apasionado que va al  ritmo de la respiración interrumpida, colapsamos posados en la mitad del planeta, allí donde no existe el miedo ni el tiempo, este que creamos solo los dos, muriendo y reviviendo en simultaneo, solo basta cerrar los ojos, solo un ligero pestañeo para recomenzar esa guerra sagrada de los cuerpos. Mis dedos en tu cara se deslizan por el borde de tu boca, una boca elegida entre todas por mi, al reconocerla materializada de la de mis visiones y que por una razón que no busco comprender ahora, es la que me susurra al oído con jadeos mal intencionados excitando aún más mis sentidos. Mi garganta te posee y tu la exploras, convirtiéndose en un hilo de saliva y miel sincronizado con coreografía de movimientos vivos, con las rodillas del color de la alegría te digo, soy tuya...mientras te siento temblar contra mi como un reflejo desfigurándose en el mar.....Pusiste un hechizo en mi.

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